jueves, 13 de noviembre de 2008


Lo ético en la contabilidad como modo de vida

El espíritu ético que inspira la contabilidad parte del acto de registrar, el que se enmarca en una serie de patrones aceptables cuando se ajusta satisfactoriamente a unas normas. Así, el hecho de registrar debe hacerse tal cual suceda pero se debe suscitar una reflexión ante la norma de observancia o de desobediencia, que para cada decisión en su orden respectivo representa una perdida o una utilidad.

Tenemos que una dimensión ética de la contabilidad como modo de vida ayuda en la búsqueda de explicación de los diversos sistemas morales, a partir de hechos, condiciones y relaciones sociales, registradas, para éste caso, en el libro de la memoria. Se tratan de relaciones sociales concretas, hechos de la vida, comprobables históricamente, lo que deja sin piso una posible consideración de apreciaciones arbitrarias del sujeto no obstante, su validez dependerá, también, de la aceptación que haga el sujeto que lo registra. De allí que la relación de equilibrio que plantea que el debe necesita de una equivalencia igual en el haber aplica a la dimensión ética al momento de surgir la necesidad de adaptarse al nuevo contexto resultado de su necesidad de vivir en comunidad.

Entiéndase la relación Debe=Haber como la mutua ayuda que permitirá satisfacer necesidades, además, comunes pero que a su vez demandan pautas obligatorias a todos, con los cuales regir el comportamiento y las relaciones grupales: Debe=Haber.

Sí se aplica ésta dinámica de reflexionar críticamente al hecho de la armonización internacional debe entenderse que el contable que incursiona a un medio ambiente diferente al que antes se encontraba enfrenta el primer hecho concreto y es que su personalidad no está constituida por los valores del grupo con el que ahora comparte generando una fricción entre: lo moral, el derecho y la costumbre. Luego, la dimensión ética, dada en los términos: Debe=Haber, presenta en si misma un clima de relaciones que se hacen más complejo al individuo induciéndolo a optar por las posibilidades respecto de las formas como se va a relacionar con sus semejantes, cuál actitud productiva desarrollar y que comportamiento mostrar.

Debe = Haber expresaría, entonces, el asumir responsabilidades morales: un ser humano transformador de necesidades como la solidaridad, el respeto a la diversidad, el amor y la amistad; pues el igual (=), equivale a volcar la mirada a otras realidades. El igual (=), símbolo del tú a tú, provoca el encanto, el reflexionar hoy para la consecución de esos mundos realizables, esa dimensión del sueño y constructor de un mañana mejor, lo que abre paso a través de la pertinencia, la responsabilidad y a libertad.

Recuerde el planteamiento de Kant. Los principios racionalizadores viven de la libertad y esta solo es posible en un contexto de responsabilidad. Entre más se vive en libertad más se aprecia la ética; por ello, la vida de todo ser . Debe = Haber, lo que vale es el principio de responsabilidad por ser este hecho lo que provoca las obras productivas y no solo cumplidoras. Esta relación es transformadora y no limitada al mecanismo de cumplimiento.

No hay comentarios: